Un baile…

Cuando tenía 12 años y medio asistí a mi primera fiesta de quince años, cosa curiosa no fue de una chica como generalmente se acostumbra si no más bien de un amigo que era algo mayor que la mayoría de los del grupo, algo así como el lento del curso. El punto es que fue mi primera fiesta, recuerdo que la invitación era para las cinco de la tarde y como todo primerizo en estas lides mi primer idea fue llegar unos minutos antes para no pecar por descortés, desde luego que fue una muy mala decisión, estuve solo por aproximadamente hora y media, ya a eso de las siete de la noche empezó a llegar la gente y de a poco se animo el ambiente tanto que el baile estaba en su apogeo, desde luego que yo no sabia como coordinar un paso tras otro y hacia amagues de ensayo en una sala contigua a la pista. Todo nervio y toda inseguridad y el motivo de mi ansiedad con nombre y apellido para el caso llamémosla Verónica que se asemeja mucho, compañera de curso de rubia cabellera y que tenia enamorados al noventa por ciento del curso, yo no era la excepción. Una invitación a baile, realmente no es nada, pero en la cabeza de un niño equivale a un compromiso, a una promesa de relación, a posible futuro matizado de aventura en pareja, solo inocencia pero hermosa y bendita inocencia, única inocencia.
Cerca de las ocho de la noche junte todo el valor que podía caberme, me acerque por un lado y sin perderla de vista, estaba parada cerca de un grupo de amigas y seguramente esperaba a alguien mas, así que sin perder tiempo me acerque le tome una mano y le dije con tono de pregunta:
-¿Bailamos?
No espere respuesta alguna, lentamente la fui atrayendo por la mano hacia un espacio entre filas de bailarines y simplemente lo hicimos, bailamos una, luego otra y después una canción mas, yo solo deseaba que eso no terminara jamás. Pero es bien sabido que los sueños eternos no existen y que lo bueno no puede durar más tiempo que el justo, oí saliendo de sus labios unas palabras que nunca hubiese imaginado:
-Creo que te buscan…
Al mismo tiempo vi sobre mi hombro una pareja de personas demasiado familiar que me hacían señas, apuntando de modo casi enajenado sus propias muñecas como apuntando un reloj imaginario, el tiempo se había acabado, venían por mi, mis padres para poner en evidencia mi escasa edad así como mi falta de autonomía en tiempos de salida, recuerdo que no dije una palabra, estaba demasiado molesto como pronunciar algo que deje traslucir el como me sentía, estaban igual de molestos imagino, pues no se dijo nada mas esa noche, al llegar a mi cama había una mezcla tan grande de emociones que me costo muchas horas conciliar un poco de sueño.
Ese día pasaron muchas, muchísimas cosas mas, que por lo nuevas se hicieron excitantes, pero al paso del tiempo, solo puedo recordar con intensidad dos. La mirada intensa de quien luego pasó a ser el primer amor y la inmensa sensación de seguridad que nos ofrecen los padres, que desde luego no miden costos a la hora de brindarla, incluso a costa de nuestra propia vergüenza.

Un acorde...


Un acorde… una maquina de tiempo, me transporta a otro momento a otras sensaciones y otros sentimientos, una imagen y es ella, que me ve no puede ser otra, es inconfundible, he estado tanto tiempo perdido en esa mirada que no es posible confundirla con ninguna otra, ¿y ahora que? se dirán... ¿una vez mas la nostalgia?...es posible, pero también es posible que sea necesaria una vista a la ultima vez que me perdí en los ojos de alguien, para saber si es posible hacerlo nuevamente, la respuesta es bastante predecible…claro que si¡¡¡

Huesos/Llegas

Voy dibujando mas de lo que puedo encontrar
necesito algo que me ayude a descansar
debilidad dispuesta, en la misma cantidad
en el camino veo una bailarina sin bailar

Cuanto hay, las tentaciones no me sirven para recordar
siento que, si necesito mas no podré reír
mis huesos se derretirán si necesito volar
a buscarte para cantar y aquel silencio olvidar

La decisión, minimizo, la grieta interior
construimos una emisora del dolor
renuncio a averiguar los fundamentos del perdón
una madre sufre al tomar en adopción

Cuanto hay, las sensaciones no me sirven para recordar
siento que, si necesito mas no podré reír
mis huesos se derretirán si necesito volar
a buscarte para cantar y aquel silencio olvidar

Prometido no resiste tantas ilusiones agresivas
me estoy muriendo por un poco de desilusiones desvestidas

Prometido no resiste tantas ilusiones agresivas
me estoy muriendo por un poco de desilusiones desvestidas

Prometido no resiste tantas ilusiones agresivas
me estoy muriendo por un poco de desilusiones desvestidas

Prometido no resiste tantas ilusiones agresivas
me estoy muriendo por un poco de desilusiones desvestidas

El alma de poeta, en la retorica Zen...



“Si buscamos por encima de todo la modestia, escribiremos como Buson. Si nos creemos genios -al margen de que lo seamos o no- haremos el haiku de Bashô. Si somos complejos y valientes, llegaremos a ser Shiki. Si pensamos que somos cultos, como Sôseki. Si somos de ánimo ligero, como Kikaku. Si hemos logrado la plena conciencia de nuestros actos, seremos Santôka. Si nos consideramos espiritualmente realizados, nos veremos siendo Hôsai. Si carecemos de gracia, Ryôkan. Y si lo que piensen de nosotros nos importa un pimiento, nos transformaremos en Issa. Nuestra manera de ser, nuestras virtudes y defectos, se evidenciarán en nuestro haiku y cualquiera podrá allí fácilmente verlos.”


En el crepúsculo
ráfagas de viento y lluvia
Luz ardiente que se deshace
y se apaga
Ya he dejado de tocar la flauta de bambú
Y frente al espejo engastado con flores
ligeramente me maquillo
Bajo el vestido de seda púrpura
mi fina piel de nieve
Exhala un delicioso perfume
Entonces
sonriendo
susurro a mi amado:
“esta noche
tras el dosel de muselina
sentiremos el frescor de nuestro lecho”


El sueño vuelve siempre a la solitaria aldea de la montaña.
En los cardales se levanta el viento, y al mediodía
se calma el ininterrumpido canto de la cigarra
en el camino que atraviesa el bosque.
El sol brilla en el cielo azul, el volcán duerme.
… Y yo,aunque se que nadie me escucha, sigo hablando
de las islas, montes, olas, rayos del sol y de luna que he visto.
El sueño no va más allá de ese punto.
¡Si tan solo pudiera olvidarlo todo, completamente!
Cuando pueda olvidar hasta el acto de olvidar
mi sueño se helará en recuerdos de invierno,
y abrirá una puerta en la soledad
para viajar por una ruta iluminada con fragmentos de estrellas.

19 de Marzo…


Este ultimo tiempo para mi, ha sido especialmente duro, mi pequeña familia se ha reducido aun mas si es que esto es posible, a inicios de febrero se dio el desenlace de una enfermedad que aquejaba a mi padre desde hace algunos años, no he escrito una palabra desde que me entere que nos encontrábamos en su tiempo final. Es que la cercanía con el dolor nos hace inservibles en muchos planos, casi en todos.
Hoy 19 de marzo es el primer día del padre que estoy sin el mió, el día de ayer busque algunas de las cosas que se le hacían imprescindibles en el día a día, encontré un par de gafas de aumento con bastante grosor que utilizaba para leer, para resolver sus crucigramas, para jugar con su mazo de cartas, para ver películas. Algunos efectos personales y un reloj, que recuerdo le regale hace un par de años y que usaba con orgullo y del que no se separaba casi nunca. Lo probé, es bastante pesado y tuve que ajustarlo pues su muñeca se hizo pequeña por la enfermedad, en realidad no soy persona de usar cosas en las manos, no tengo anillos ni nada que se le parezca, el único gusto que herede de mi padre en cuanto a vestimenta es el casi fetichista deleite por los zapatos, desde que tengo uso de razón vienen a mi mente pares y pares de exquisito agrado en todos los colores y formas, pero eso si, tenían que tener la plataforma amplia y estar siempre impecables, impolutos.
Es extraño hablar de una persona tan vital y mirar alrededor sin tener su mirada, que él fue una persona que tuvo un éxito enorme en la única labor en la que en realidad importa tener éxito, en vivir plenamente y ser amado por su familia. Cosa que suena de a diario y bastante común, pero que no es en absoluto sencilla. Demasiada gente pierde su esencia por ser o padre o hermano o tío o abuelo y el titulo lo hace todo y en el se pierde, como también se pierde la naturaleza de su relación primigenia.
Que mi padre fue antes de ser padre, esposo, eso lo tengo claro y que jamás supedito su relación de pareja a la de padre, ya que para mantener una familia unida es preciso antes mantener sana la relación que le da origen, de otra manera no es posible prolongarla en el tiempo.
Digo que se me hace difícil escribir de él, en tiempo pasado, porque lo siento tan presente como hace unas semanas, porque su presencia no se diluye en lo mas mínimo y porque espero que no lo haga, que tenia el carácter fuerte y la voz grave, hombre honesto y recto.
Quizás la única persona en el mundo capaz de ponerme en cintura y cambiarme de hábitos, vaya si no será poca cosa, que le debo lo mucho o poco que soy, porque hay que ver que tuvo tamaña paciencia cuando fue necesaria y la mano dura, muy muy dura, cuando mas necesario era aún, hombre admirable, al fin y al cabo ese era mi padre.

Resoluciones

Tengo tantas resoluciones para el nuevo año, que mi lista va a empezar así: “Voy a sentarme, lo más pronto posible, a escribir una lista de resoluciones para el nuevo año”. Pero uno hace lo que puede para eludir y desatender, con diligencia, el llamado de las sirenas de la autoayuda (que, como se sabe, ya tienen montada una industria). Quizá por la misma flojera, me está empezando a parecer más práctico adoptar las resoluciones de otros. Robarlas, fingiendo cierta fidelidad al deseo ajeno. Atareado últimamente con algunos viajes, ninguna lista de resoluciones me cautiva tanto como la producida en el Primer Congreso Internacional de Antituristas (que se celebró en un hotel en Kazajstán, en 1999). Este “manifiesto comunista” de los mochileros es digno de ser difundido, adoptado, ampliado. Funciona, de hecho, para viajes largos (digamos a Guyana) o cortos (a Oruro, digamos). Traduzco las partes más salientes:

Con la gradual reducción del mundo, sus maravillas han ido desapareciendo. No hay ya nada extraordinario en la Gran Muralla de China, el Taj Mahal o las Pirámides de Egipto. Son tan banales y frecuentes como el rostro de una caja de cereales.

La obligación del viajero es, por lo tanto, descubrir nuevas áreas de experiencia. En un mundo explorado hasta el cansancio se torna imprescindible la existencia de tierras baldías, agujeros negros y desolados parajes urbanos: esos lugares que, por mala costumbre, la gente evita.

Los únicos verdaderos viajeros son, por lo tanto, antituristas. De acuerdo con esta lógica declaramos que: El antiturista no visita lugares que sean, de alguna manera, deseables. El antiturista rehuye la comodidad. El antiturista acepta el hambre, las alucinaciones y los hoteles de mierda. El antiturista busca las puertas cerradas y los edificios demolidos. El antiturista desprecia la bravuconería del temerario que intenta penetrar en zonas de peligro como Afganistán. La única razón detrás de estas aventuras es la vanidad, el deseo de fanfarronear.

El antiturista viaja en la peor época del año.

El antiturista prefiere las cosas muertas a las vivas.

El antiturista es humilde y aspira a la invisibilidad.

El antiturista está interesado en las historias escondidas, en las obscuridades encantadoras, en el mal arte.

El antiturista cree que la belleza está en la calle.

El antiturista sostiene que, cualesquiera que sean sus efectos, los viajes raramente amplían horizontes o enriquecen la mente. (Y aquí seguimos al siempre lúcido G.K. Chesterton, quien, en su clásico libro Lo que vi en Norteamérica, escribió: “Nunca he logrado perder mi vieja certeza de que los viajes achican los horizontes y la mente. Por lo menos, tenemos que hacer un doble esfuerzo de humildad moral y energía imaginativa para que los viajes no nos afecten negativamente”).

El antiturista está convencido de que, no importa quién sea, uno no tiene mayor importancia: el universo es inmenso, somos motas de polvo y moriremos pronto.

El antiturista valora más la desorientación que el aprendizaje.

El antiturista ama la verdad, pero también tiene debilidad por las mentiras. Especialmente las suyas (para ejemplo, éstas).

El cine que vale la pena ver…

Han pasado ya varios años desde que tímidamente me asome a ver las ilustraciones armadas en una bienal (no recuerdo cual) de arquitectura donde se mostraban los recientes planos ganadores para la nueva Cinemateca Boliviana, ganadora mi muy querida Cecilia Scholz Delgado, digo que son algunos años y por fin hoy se han abierto las puertas de este monumental esfuerzo por rescatar e implantar un espacio para el archivo de imágenes de nuestro país. Una lastima no poder estar ahí para disfrutar de las salas de exhibición de un espacio que ya se presenta como la vanguardia de la cultura (tan venida a menos) de Bolivia.
Es que no puedo evitar el inflar un poco el pecho por contar con un espacio de la calidad que tiene este, y a la vez rumiar un poco mi fortuna por no estar allá, ya que hoy es el día de su apertura. Para todo aquel que recuerda como parte de su vida una película y un café después de verla, no hay cosa que pueda disfrutarse tan sentida y apaciblemente.
El martes se hizo el acto oficial de inauguración con la proyección de la primera película boliviana: Wara Wara (1930).Solo queda decir muchas gracias para todos quienes formaron parte de esto.

Ahora si...vamos todos al cine...

Letra y Música

No es habitual que escriba acerca de cine, en realidad se que quiero iniciar un blog dedicado íntegramente a eso, pero es que ahora no me he podido contener y no es que vaya a referirme a una película candidata a oscares o a premios de festivales de cine, mas bien todo lo contrario, me mueve la nostalgia de lo nunca antes visto o… tal vez si?
Music and lyrics es la mas reciente comedia de Hugh Grant y Drew Barrymore, una película que se disfruta mucho (seguramente será cosa generacional) que es predececible, seguro que si, que de estas pelis romanticotas ya se sabe en que acaba, de acuerdo, pero la música no tiene desperdicio, ya de inicio engancha con un video que suena extrañamente conocido, por lo menos a mi me creo la sensación de haberlo visto antes, como que estaba ahí siempre perdido en algún lugar de la memoria, digo que es una película sin muchas pretensiones, divertida algunos ratos, entretenida todos y hasta triste cuando se hace referencia a los circuitos de música retro de las estrellas de ayer que hoy en día deben aceptar cualquier evento para poder seguir en la brega.
Cosa extraña esta película paso sin pena ni gloria por las carteleras de cine americano, sin embargo se esta volviendo un verdadero fenómeno musical, gracias al Internet, solo hay que visitar youtube para ver la cantidad de versiones caseras que se han hecho del tema Pop! goes my Heart, para darnos cuenta de cuanto a pegado el video, ya solo falta que se anuncie la gira del grupo de Grant y estamos hechos.
Y no es para menos, absolutamente ochentero, con todos los tips de las bandas de esa época, recordemos grupos como: Wham, Men without hats, A flock of seagulls, Frankie goes to Hollywood, Tears for fears. Ese es el espectro en el que se mueve Pop¡ una banda ochentera en pleno año 2007.
Si no tiene complejos y desea pasar un grato momento y además de todo, pasa de los treinta, sin duda terminara cantando un poco y moviendo las caderas, como yo…Pop¡ goes my Heart...